martes, 14 de mayo de 2013

Nueva revolución sexual: El poliamor puede ser bueno para usted

Lo que las parejas swingers y los poliamorosos comprometidos pueden enseñarle a los monógamos sobre el amor.


En el día de San Valentín hay imágenes de parejas por todos lados. Comprándose anillos de diamantes el uno al otro, lanzando miradas insinuantes por comidas en restaurantes caros y coqueteando con frutillas cubiertas en chocolate y champagne. Pero de dos en dos no es la única forma de transitar la vida. De hecho, un estimado del 4 al 5 por ciento de los estadounidenses buscan amor y sexo fuera de su relación — con el total permiso de su pareja. 

Estas parejas no-monógamas consensuales, como son llamadas, no conforman la norma cultural de una pareja de la mano, enamorada de por vida. Vienen de formas muy variadas, desde “swingers” ocasionales y relaciones abiertas hasta compromisos de largo plazo con múltiples personas. Ahora, los científicos sociales embarcados en nuevas investigaciones de estos tipos de relaciones están encontrando que podrían cambiar la forma en la que pensamos los celos, el compromiso y el amor. Incluso podrían cambiar la monogamia para mejor. 

Las personas en estas relaciones realmente se comunican. Se comunican a muerte”, dijo Bjarne Holmes, un psicologo de Champlain College en Vermont. Toda esa negociación puede contener una lección para aquellos inclinados a la monogamia, relató Holmes a LiveScience. 

Están haciendo potencialmente muchas cosas que podrían resultar cosas que, si las personas que practican la monogamia hicieran más seguido, sus relaciones en realidad serían mejores,” dijo Holmes.


Examinando la no-monogamia 

El estudio de la no-monogamia consensual es un campo relativamente nuevo. En los setentas, el intercambio de pareja y el swinging (sexo recreacional fuera de la relación) llegó a la opinión pública, y los psicólogos condujeron algunos estudios. Pero esa investigación estaba limitada más que nada a las parejas blancas, heterosexuales que participaban en el intercambio de parejas por diversión, según Elisabeth Sheff, una consultora jurídica y ex-profesora de Georgia State University, según lo que escribió en el 2011 en el Journal of Contemporary Ethnography

Eso significa que aún se conoce poco acerca de quienes participan en la no-monogamia consensual y por qué. Los estudios son largamente limitados a autoinformes y encuestas, en las cuales las personas pueden ser tentadas a presentarse a sí mismas en un aire positivo. Hay, sin embargo, algunas definiciones claves que comprender. 

La no-monogamia consensual contiene multitudes. Incluye arreglos de sólo sexo, como el de dos personas comprometidas que acuerdan que tienen permitido buscar sexo sin compromisos con otras personas. También incluye al poliamor, que involucra múltiples relaciones comprometidas al mismo tiempo con el pleno consentimiento y conocimiento de todos los involucrados. 

La no-monogamia consensual no incluye el engaño, en el cual un cónyuge da el paso sin el permiso del otro. 

Mientras que no hay estadísticas nacionales de la no-monogamia consensual, la psicóloga Terri Conley de la Universidad de Michigan ha estimado que alrededor de 5 por ciento de los estadounidenses se encuentra en una de estas relaciones en cualquier momento de su vida. De los pocos datos recogidos, los científicos saben que las lesbianas, gays y bisexuales tienen un poco más de inclinación que los heterosexuales en involucrarse en relaciones no-monógamas, dijo Amy Moors, una estudiante graduada del Laboratorio de Investigación de Conley. Entonces, parece, que son personas con un alto rasgo de la personalidad de apertura, lo que indica un gran interés en nuevas experiencias . 

Hasta aquí, los estudios sugieren que los individuos poliamorosos están bien educados, tienen más maestrías y doctorados que la población general, dijo Holmes de Champlain, quien está conduciendo un estudio de una muestra online de más de 5.000 individuos poliamorosos. A pesar de su inteligencia, no parecen ser particularmente adinerados.

Eso me dice que probablemente sean personas que están más enfocadas en las experiencias de vida que en el dinero”, dijo Holmes. 


Celos y amor 

Una cosa que parece unir a la comunidad poliamorosa es un entusiasmo real de escarbar en las emociones. La honestidad, la franqueza y la comunicación son los pilares de las relaciones poliamorosas, descubrió Holmes. 

Están hablando mucho, están negociando mucho, están llevando sus sentimientos a la mesa mucho”, dijo. 

Es esta conversación intensiva la que podría ser conveniente para las parejas monógamas emular, dijo Holmes. Su trabajo también sugiere que las emociones básicas funcionan muy diferente en las relaciones poliamorosas. 

Por ejemplo los celos. Si le preguntas a la mayoría de las personas cómo se sentirían si su pareja tuviera sexo o se enamorara de alguien más, sus respuestas serían muy negativas: miedo, ira, celos, rechazo. Le preguntas a una persona poliamorosa la misma pregunta y es más probable que digan que estarían emocionados. Es un concepto llamado “compersión”, lo que significa la alegría que se siente cuando una pareja descubre el amor fuera de ti. Es similar al sentimiento que una persona típica podría tener después de descubrir que un mejor amigo encontró el trabajo de sus sueños, dijo Holmes. Pero en este caso, la felicidad surge de las relaciones externas de un amante. 

Ese descubrimiento desafía mucho de lo que los estudios de la psicología tradicional han establecido acerca de cómo funcionan los celos.

Resulta que las personas no están reaccionando con celos cuando sus parejas coquetean con alguien más,” dijo Holmes. "Las pruebas, teorías y predicciones de la buena ciencia... hay que ver si se mantienen incluso en situaciones extremas.

En otro ejemplo de personas poliamorosas potencialmente dando vuelta las reacciones psicológicas típicas, Holmes realizó un análisis preliminar de aproximadamente 200 personas poliamorosas, preguntándoles sus sentimientos sobre los celos. Típicamente, dijo, es esperable ver que una mujer está más ansiosa por una infidelidad emocional, mientras que el hombre se preocupa más por una infidelidad sexual. Ese no fue el caso entre los individuos poliamorosos. De hecho, no había diferencias de género en el ratio de celos sexuales y emocionales. 

Nada de esto sugiere que las personas poliamorosas son, de alguna forma, inmunes a los celos, dijo Holmes. Pero cuando los celos ocurren, se discuten. La persona que siente celos es animada a examinar su propia psiquis para encontrar que es lo que le molesta y cuales son las necesidades que no se están cumpliendo. Entonces el par (o trío, o cuarteto) puede negociar los límites. 


Sexo seguro 

Holmes es cuidadoso en decir que él no está abogando por ninguna estructura en una relación en particular. Pero en algunos casos la no-monogamia consensual puede ser la opción más responsable — al menos si la monogamia está resultando ser muy difícil. 

Moors, de la Universidad de Michigan, descubrió que las personas que engañan sexualmente a sus parejas son menos propensas a tener relaciones sexuales seguras que las personas en relaciones no-monógamas consensuales. Los resultados, publicados en marzo 2012 en el Journal of Sexual Medicine, se aplican al uso de preservativos, el uso de guantes para el contacto genital, la discusión de enfermedades de transmisión sexual y la historia sexual y esterilización de juguetes sexuales. 

Los individuos en relaciones no-monógamas consensuales eran más seguros en todos en todos los ámbitos,” dijo Moors a LiveScience. Un segundo estudio, a publicarse en próximo número del la Journal of Sexual Health, encontró que los individuos que tenían permiso para “engañar” eran más propensos a usar preservativos correctamente que los que realmente engañaban. 

Parte de la razón de esta diferencia puede ser que las personas no-monógamas consensuales frecuentemente estipulan que el sexo fuera de la relación está bien, siempre y cuando sea seguro. Aquellos que engañaban a sus parejas también era más probable que estuvieran alcoholizados o bajo efectos de drogas en estos encuentros fuera de la relación. Finalmente, saltarse el sexo seguro puede ser una manera para los que engañan de racionalizar su comportamiento, dijo Moors. 

Si hubieran salido y conseguido protección, entonces podría parecer más planeado,” dijo. “Incluso podría ser algo como, ‘Quizás no debería estar engañando a mi pareja si debo caminar a la farmacia a comprar preservativos.'” 

Hay muchas preguntas que todavía quedan abiertas acerca del poliamor y otros arreglos no-monógamos, pero la investigación se está acelerando, dijo Holmes. Esta semana, la primera Conferencia Internacional Académica del Poliamor se está llevando a cabo en Berkeley, California. Internet ha aumentado el interés en el poliamor, dijo Sheff, quien está trabajando en un libro sobre familias poliamorosas. 

Internet ha revolucionarizado las cosas para las minorías sexuales en general,” dijo Sheff a LiveScience. “Ofrece a las personas una forma de encontrar información sobre éstas y ofrece a las personas una forma de encontrar parejas.” 

El poliamor es lo suficientemente complejo y consumidor de tiempo que probablemente nunca opaque a la monogamia serial, dijo Sheff. La cultura del sexo casual sin exclusividad tiene a las personas jóvenes negociando no-monogamia consensual como nunca antes, dijo, y la gente está pensando cada vez más en las relaciones como un hágalo-usted-mismo antes que en algo preestablecido. 

Creo que el poliamor va a coexistir como una opción menos popular que la monogamia”, dijo Sheff. “O las personas van a salir y entrar progresivamente en diferentes momentos de sus vidas.” 


Agradezco la traducción a Nyhbi. El artículo original en inglés, con autoría de Stephanie Pappas y LiveScience, fue publicado en la revista Scientific American. Para quienes tengan manejo del inglés, pueden consultar el artículo para acceder a otras referencias interesantes citadas allí.

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