miércoles, 23 de octubre de 2013

Movimiento por la sexoafirmatividad

Traducción de la entrada Sex-Positive Movement (SPM) en Wikipedia


El SPM es un movimiento social que promueve y abarca una sexualidad abierta con pocos límites más allá del énfasis en la práctica del sexo seguro y la importancia del consenso informado. La sexoafirmatividad es una actitud hacia la sexualidad humana que considera todas las actividades sexuales consensuadas como saludables y placenteras, y fomenta el placer sexual y la experimentación. El SPM es un movimiento social y filosófico que defiende esas actitudes. El SPM defiende la educación sexual y el sexo seguro como parte de su campaña. El movimiento no hace distinciones morales entre tipos de actividades sexuales, considerando esas elecciones como asuntos de preferencia personal.

Los términos y conceptos sexoafirmatividad y sexonegatividad se atribuyen generalmente a Wilhelm Reich. Su hipótesis era que algunas culturas ven la expresión sexual como esencialmente buena y saludable, mientras que otras sociedad toman un punto de vista negativo de la sexualidad en general y buscan reprimir y controlar el deseo sexual. 

Como Reich, algunos defensores contemporáneos de la sexoafirmatividad definen su filosofía contraponiéndola a la sexonegatividad, que identifican como el punto de vista dominante en la cultura occidental y en muchas de las culturas no occidentales. De acuerdo con quienes la defienden, la visión tradicional cristiana de la sexualidad humana define los valores tradicionales occidentales con relación a este tema. Así, quienes proponen la sexoafirmatividad denuncian que bajo la tradición cristiana occidental el sexo es visto como una fuerza destructiva excepto cuando es redimida por la gracia salvadora de la procreación, y el placer sexual es visto como pecaminoso. Los actos sexuales son clasificados jerárquicamente, con la heterosexualidad marital en la cima de la jerarquía y la masturbación, homosexualidad y otras sexualidades que se desvían de las expectativas sociales más cercanas al fondo. Se dice que la medicina y la psiquiatría también han contribuido a la sexonegatividad, puesto que, de vez en cuando, designan como patológicas algunas formas de sexualidad que aparecen en la base de la jerarquía. Sin embargo, las sociedades occidentales anteriores a la influencia cristiana, como la Grecia antigua, han aprobado formas de sexualidad que entran fuertemente en conflicto con las creencias cristianas. 

El SPM no hace distinciones morales o éticas entre sexo heterosexual u homosexual, o masturbación, considerando estas elecciones como cuestiones personales. Algunas posturas sexoafirmativas incluso aceptan el BDSM y el poliamor así como la asexualidad, la transexualidad, el transgénero y otras formas de transgresión de género en general. La mayoría en el SPM defiende una educación sexual amplia y acertada como parte de su campaña. 

Algunos teóricos del SPM han analizado la sexoafirmatividad en términos de intersección de raza/cultura, género, sexualidad, clase, nacionalidad y espiritualidad. Farajaje-Jones (2000) destacó la conexión entre la ideología supremacista y lo que llamó “erotofobia”.

Varias definiciones de sexoafirmatividad han sido ofrecidas por la sexóloga Carol Queen:

Símbolo del "amor fuera de la caja", utilizado para
representar arreglos no convencionales de
relacionamientos.
La sexoafirmatividad, un término que está entrando en la consciencia cultual, no es una celebración estúpida e insulsa del orgón por unos hippies; es una afirmación simple, pero radical, de que cada uno de nosotros desarrollamos nuestras pasiones en diferentes ambientes, que en lugar de tener dos o tres o incluso media docena de orientaciones sexuales, debemos pensar en términos de millones. La sexoafirmatividad respeta cada uno de nuestros perfiles sexuales únicos, incluso aunque reconocemos que algunos hemos sido dañados por una cultura que intenta erradicar la diferencia y las posibilidades sexuales. 

Es la filosofía cultural que entiende la sexualidad como una fuerza potencialmente positiva en nuestra vida, y que puede, por supuesto, enfrentarse a la sexonegatividad, que ve el sexo como problemático, perjudicial, peligroso. La sexoafirmatividad permite, y de hecho celebra, la diversidad sexual, los deseos y las estructuras de relaciones que difieren, y elecciones individuales basadas en el consenso.


Amor libre

El término “amor libre” se ha usado por lo menos desde el siglo XIX para describir un movimiento social que rechaza el matrimonio, que es visto como una especie de atadura social, especialmente para las mujeres. De acuerdo con este concepto, las uniones libres entre personas adultas son relaciones legítimas que deben ser respetadas por todo el mundo, sean relaciones emocionales o sexuales. Adicionalmente, algunos textos sobre el amor libre han argumentado que tanto hombres como mujeres tienen el derecho al placer sexual. En la era victoriana, esto era una noción radical. Más tarde se desarrolló un nuevo tema, vinculando el amor libre con el cambio social radical, y describiéndolo como precursor de la nueva sensibilidad antiautoritaria, antirrepresiva y pacifista.

Mientras que el término amor libre se ha asociado a menudo a la promiscuidad en la imaginación popular, especialmente en referencia a la contracultura de los años 60 y 70, históricamente el movimiento por el amor libre no ha defendido el tener varias parejas sexuales o las relaciones sexuales de corta duración. En su lugar ha argumentado que las relaciones de amor libre en las que se entra de manera libre no deben ser reguladas por la ley. Así, la práctica del amor libre puede incluir relaciones monógamas a largo plazo o incluso celibato, pero no incluiría formas institucionales de poligamia como el rey, sus esposas y concubinas.

Las leyes de interés particular para los movimientos por el amor libre han sido entre otras las que impiden la convivencia de las parejas no casadas, y las que regulan el adulterio y el divorcio, así como la edad legal de consentimiento, control de natalidad, homosexualidad, aborto y prostitución; aunque no todas las personas que defienden el amor libre están de acuerdo en esos temas. La derogación de derechos individuales en el matrimonio también les incumben; por ejemplo, algunas jurisdicciones no reconocen la violación marital o la tratan menos seriamente que la violación no-marital. 

Los movimientos por el amor libre desde el siglo XIX han defendido el derechos a discutir públicamente sobre sexo y han luchado contra leyes contra la obscenidad. Una de las precursoras de éste movimiento fue Emma Goldman. Ella defendió apasionadamente los derechos de la mujer, escribiendo: "Demando la independencia de la mujer, su derecho a mantenerse a sí misma, de vivir para sí misma, de amar a quien quiera que le plazca o a tantos como le plazca. Demando libertad para ambos sexos, libertad de acción, libertad de amar y libertad en la maternidad." 

En el siglo XX alguna personas dentro del amor libre han extendido la crítica al matrimonio diciendo que el matrimonio como institución social promueve la posesividad emocional y la esclavitud psicológica.


La década de los 60 y años posteriores.

Generalmente el término “liberación sexual” se usa para describir el movimiento socio-político, observado desde los años 60 hasta los 70. Sin embargo, el término ha sido usado al menos desde finales de los años 20 y a menudo se considera que está influido por los escritos de Freud sobre liberación sexual y asuntos psicosexuales. 

Durante los años 60 se empezaron a dar cambios en la manera en que la sociedad veía la sexualidad, anunciando un período de descondicionamiento en algunos círculos de las antecedentes del mundo anterior, y de desarrollo de nuevos códigos de conducta sexual, muchos de los cuales se encuentran ahora integrados dentro de la mayoría de la sociedad. 

Los años 60 anunciaron una nueva cultura de amor libre con millones de jóvenes apropiándose de los valores hippies y predicando el poder del amor y la belleza del sexo como una parte natural de la vida cotidiana. Los hippies creían que el sexo era un fenómeno biológico natural que no debía ser denegado ni reprimido. Los cambios en las actitudes reflejaban la percepción de que los puntos de vista tradicionales respecto al sexo eran tanto hipócritas como machistas. 

La liberalización sexual anunció unos nuevos valores en la experimentación con el sexo de manera abierta dentro y fuera del matrimonio, los anticonceptivos, la desnudez en público, liberación gay, liberación del aborto, matrimonio interracial, vuelta al parto natural, derechos de las mujeres y feminismo. 

Los hippies célibes no criticaban a quienes elegían el camino del “amor libre” y la “liberalización sexual”. A finales de los 70 y 80 las nuevas libertades sexuales fueron explotadas por grandes empresas que buscaban sacar partido de una sociedad más abierta, con la llegada de la pornografía y el porno duro. 

El historiador David Allyn argumenta que la revolución sexual fue un momento de “salir del closet” sobre el sexo premarital, la masturbación, las fantasías eróticas, el uso de pornografía y la sexualidad.


Feminismo sexoafirmativo. 

El feminismo sexoafirmativo, también conocido como feminismo pro-sexo, feminismo de sexo radical o feminismo sexualmente liberal es un movimiento que empezó a principios de los años 80. Algunas mujeres se vieron involucradas en el feminismo sexoafirmativo en respuesta a los esfuerzos feministas anti-pornografía, como Catharine MacKinnon, Andrea Dworkin, Robin Morgan y Dorchen Leidholdt, para poner la pornografía en el centro de la explicación feminista del opresión de la mujer (McElroy, 1995). Este período de debate intenso y enconado entre feministas sexoafirmativas y feministas anti-pornografía durante los primeros años 80 se conoce como las guerras feministas por el sexo. Otras feministas sexoafirmativas se involucraron no en oposición a otras feministas sino como respuesta directa a lo que veían como control patriarcal de la sexualidad. Las autoras que han defendido el feminismo sexoafirmativo incluye a Ellen Willis, Susie Bright, Patrick Califia, Gayle Rubin, Carol Queen, Avedon Carol, Tristan Taormino, Diana Cage, Nina Hartley y Betty Dodson, que podría ser considerada la abuela del movimiento.


Traducción de Selenio Escrito.
El artículo original puede leerse en la entrada de Wikipedia en inglés.

Flotante