sábado, 11 de enero de 2014

Casado pero no exclusivo

Para algunas parejas, estar en pareja no es suficiente.
Por Brooke Lea Foster.


A Kyle no le gustaba la idea de ver a su esposa tener sexo con otro hombre. Aunque él no era del tipo celoso, podía verla coquetear con otro sin sentir algo, el voyeurismo no lo excitaba.

Pero las reglas del matrimonio cambiaron para siempre entre Kyle, un papá amo de casa y Hope, una psicoterapeuta, cuando decidieron abrirse a otras parejas románticas y sexuales. Fue idea de Hope.

"No es que lo que teníamos no fuera bueno", dice ella. "Sólo quise probar algo distinto".

Así fue como Kyle se encontró a sí mismo en la habitación de otro hombre, hace dos años, cuando insistió en seguir a quien estaba saliendo con Hope. Kyle, de 42 años, se precia de ser un esposo amoroso y quiso asegurarse de que su mujer fuese tratada respetuosamente, inclusive con ternura, durante el sexo. "Es muy protector conmigo" dice Hope, de 36 años.

Este es el punto en el que la mayoría de la gente empieza a buscar "huecos" en el matrimonio entre Kyle y Hope; razones por las cuales tener múltiples parejas no tendría sentido, o para los de mentalidad menos abierta, por qué ésta pareja suburbana enloqueció: ¿Acaso son infelices? Su vida sexual debe ser mala. Deben haberse metido en algo pervertido, ¿cierto?. Sin embargo la respuesta, ellos juran, es no, no y no.

Kyle y Hope han estado casados por diez años. Tienen dos niños pequeños, una bonita casa en Alexandria, y una relación estrecha. Tienen tanto sexo como es posible tener con dos niños cerca, pero ellos se aman. Por eso es que Kyle dudó cuando Hope le sugirió abrir su matrimonio. La vida con ella era tan buena, ¿por qué arriesgarse a arruinarla implicando a otras personas? Con todo, él estaba intrigado.

"Lo vimos todo como un gran experimento", dice Kyle. "Quisimos tratar y ver cómo era."

Le fue difícil al principio. Mientras que a Hope le resultaba fácil encontrar hombres con facilidad, Kyle no había tenido mucha confianza durante sus citas cuando tenía alrededor de veinte años. De repente volvía a estar incómodo en fiestas tratando de entablar conversaciones con mujeres. Se paseaba por las listas "poliamorosas" en Craiglist y OkCupid, buscando mujeres dispuestas a tener múltiples citas a la vez. Trataba de recordar cómo se coquetea: Usa tu ingenio. Escuchar en mayor medida que hablar. Mostrar un lenguaje corporal amigable.

Entonces conoció a Jane, una rubia alta y curvilínea, en una fiesta para gente poliamorosa. "Fue algo instantáneo," dice él. Intercambiaron sus números telefónicos, y ella le envió un mensaje de texto esa misma noche: "Tal vez podamos cenar alguna vez." Jane era casada también y vivía con su esposo y una hija de ocho años, en Laurel. En su primera cita, Kyle la llevó a un restaurante japonés de carnes cercano a la casa de ella. Se acariciaron en el carro, luego regresaron con sus respectivas familias. Hope le dio ánimos a Kyle, a ella realmente le gustó Jane.

Pocos meses después de encontrar a su nueva pareja, Kyle empezó con las quedadas en las noches de viernes. Jane y su hija, Anya, empacaban una maleta y enfilaban hacia la casa de Kyle cada viernes en la tarde. El podía darle un beso ligero en los labios cuando ella llegaba, pero nada mas hasta que los niños se durmieran.

"Para los niños era como un juego de citas," dice Kyle. Anya se iba con su hijo de 7 años. Después de que Kyle y Jane acostaran a sus hijos, los dos hacían la cena, se contaban cómo había sido sus semanas, miraban una película. Dormían en la habitación principal; Hope pasaba la noche del viernes en casa de su novio.

"Se lo explicamos a los niños de una manera acorde a su edad," dice Kyle. Poniéndolo simple, les dice que su amiga Anya viene a pasar la noche. Dice que los niños se alegran mucho. Kyle sabe que las preguntas se volverán mas complejas conforme pasen los años, y dice que se las arreglará llegado el momento. Por ahora tienen cuidado de llamar "amigos" a sus parejas, y de no tocarse, ni siquiera coquetear, en frente de los niños.

Así es como él lo explica: "Si miras la relación que tenemos Hope y yo, el sexo era el principal conector. Si quería sexo, tenía que obtenerlo de ella. Pero cuando cada uno de nosotros puede acostarse con quien quiera, el sexo deja de ser una razón para estar juntos. Por un instante ésto me hizo sentirme un poco a la deriva, estaba atemorizado de dejar ir ese vínculo. De repente nos preguntamos a nosotros mismos: ¿Por qué estoy con ésta persona ahora, si no es por el sexo? Ese es el por qué ésta experiencia ha hecho que nuestra relación se fortalezca. Sigo con Hope porque la amo. Es maravillosa. Tenemos hijos. Construimos una vida juntos. El sexo es solo un aspecto mas del por qué estamos juntos."

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Y el sexo es solo una de las razones por las cuales hay parejas que practican el poliamor. Esa palabra significa "muchos amores", y eso es lo que lo diferencia del intercambio de parejas (swinging), el cual se trata mas de las conquistas sexuales que de entablar conexiones significativas. Las parejas poliamorosas quieren relaciones a largo plazo con otras personas, no solo encuentros de una noche. Quieren tener la libertad de enamorarse de otra gente, de experimentar ese torrente maravilloso de dopamina que viene al conocer a alguien nuevo, de oír todas las historias de esa persona por primera vez, de estar despierto toda la noche oyendo música vieja o hablando de los libros favoritos.

Los poliamorosos no creen que la monogamia esté mal, sino que piensan que no es adecuada para todos. Pero oír habla de monogamia a parejas "poli" es como escuchar a un ex-estafador reflexionar sobre sus años en la cárcel.

Jonah, un contratista gubernamental en Virginia del Norte, describe a la monogamia como un "ancla" alrededor de su tobillo. "Sentía que me ahogaba en mi matrimonio", dice. Crió cuatro niños como un cristiano evangélico, pero después de serle infiel a su esposa consideró que debía haber un mejor modelo para el matrimonio. Se divorció de su mujer de entonces y conoció a una mujer llamada Olivia en un happy hour para jóvenes profesionales en Lulu, un antiguo bar en Georgetown, en 2004.

Olivia trabajaba en relaciones internacionales. Era inteligente, bella, exitosa, "Hablamos pronto del hecho de no sentirse como si pudiésemos representar todo el uno para el otro", dice Jonah. "No quisimos ponernos esa presión."

Jonah y Olivia se casaron un año después, y abrieron pronto su relación a otra gente. Se inclinan hacia los "unicornios", un término en la comunidad poliamorosa referente a mujeres bisexuales sin vínculos (las cuales son consideradas tan raras y especiales como los unicornios). Dice Olivia: "Todavía me atrae la idea de estar casada. Hay algo profundamente integrado en eso de un hombre y una mujer, y no podría dejarlo. Mis otras relaciones son como un bono."

Muchas parejas poli expresan un sentimiento similar: Tener más de una pareja puede hacerte sentir mas pleno, con cada persona nutriendo un aspecto diferente de tu personalidad. "Muchos de nosotros no queremos terminar una relación con alguien a quien amamos realmente para llenar otras necesidades", dice Anita Wagner Illig, partidaria del poliamor en DC y fundadora del sitio PracticalPolyamory.com, que imparte clases a gente interesada en éste estilo de vida. Illig describe una situación ideal como una que "nos permite tener una pareja que comparta nuestra pasión, digamos que por el golf, mientras que con otra compartimos nuestro lado activista o tenemos gran química sexual."

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Las relaciones abiertas no son nada nuevo. Elisabeth Sheff, socióloga y autora de The Polyamorists Next Door, quien ha estado estudiando familias poliamorosas por una década, asegura que hubo grupos en los EEUU practicando el amor libre como alternativa a la monogamia ya en el siglo XIX. En las décadas 60 y 70 del siglo veinte las comunas, que algunas veces incluían alguna forma de sexualidad atípica, se volvieron populares, y el matrimonio grupal y el intercambio de parejas se convirtieron en formas fascinantes de experimentación sexual. (La libertad conquistada fue aplastada por la epidemia de SIDA en los ochentas.)

Las tasas de divorcio han estado rondando el 50% por años (sin ser exactamente una evidencia de triunfo cultural) y mucha gente se plantea no ser como sus padres sin saber qué es lo que pueden hacer diferente.

Lindsey, Anthony y Vanessa, la triada
co-protagonista en la serie Polyamory: Married
and Dating.
Existe evidencia anecdótica de un despertar en el interés por el poliamor en años recientes. El año pasado, Showtime* transmitió siete episodios de un reality show acerca de dos parejas poliamorosas en California, llamado 'Polyamory: Married and Dating' (Poliamor: casado y teniendo citas) (La segunda temporada empieza el 15 de agosto**). E Illig afirma que los grupos sociales interesados en el poliamor han incrementado su número en fechas recientes.

Como en la mayoría de las grandes ciudades, la comunidad poliamorosa de Washington es estrecha. "Puede ser un poco incestuoso" dice Olivia. La gente tiende a conocerse en fiestas de amigos, aunque sitios como OkCupid permite que sus usuarios busquen individuos poli, y existen grupos de Meetup.com en DC, Virginia del norte y Baltimore. Un grupo poli de gente veinteañera solía reunirse mensualmente en DC Bread & Brew, cerca de Dupont Circle, identificando su grupo con una copia sobre la mesa de los libros 'Opening Up' o 'The Ethical Slut', que tratan sobre las relaciones abiertas.

Sheff dice que los poliamorosos tienden a ser gente con buena educación, de clase media alta o acaudalada, debido en parte a que hay un menor riesgo para ellos de ser expuestos. (Si puedes pagar por el mejor abogado de la ciudad probablemente no vas a perder la custodia de tus hijos por tener una pareja o dos.) "Los privilegios sociales pueden ser un muelle que haga del inconformismo algo seguro", asegura Sheff.

A la vez, las parejas lugareñas dicen que el poliamor brinda un escape de las trampas sociales de Washington. No hay que competir por igualarse a otras familias en los círculos poliamorosos. A menos que alguien en esas familias quiera una noche de pasión.

Jonah afirma: "En DC, vas a algún evento y encuentras a todos alardeando sobre donde trabaja o lo que hace. Es muy cansador. En la comunidad poliamorosa la gente se reúne para pasarla bien. Te conectas a un nivel mas interpersonal. Conocí a alguien por mas de tres años antes que me enterara a qué se dedicaba, y me sorprendió cuan alta era su posición en el gobierno. En la comunidad poli no se trata de a quién conoces sino de quién eres."

Como lo reporto en éste artículo, queda pendiente una pregunta: al fin y al cabo ¿por qué se casan? ¿Por qué no permanecer solteros y tener múltiples citas? De alguna forma el intercambio de parejas tiene mas sentido porque solo se trata de necesidades sexuales, mientras que las parejas poliamorosas desarrollan relaciones completas con sus miembros, lo cual podría parecerte abrumador. Imagina regresar muy alegre de una primera cita solo para conseguir a tu pareja con el corazón roto por una relación.

Muchos poliamorosos estuvieron antes implicados en experiencias miserables de matrimonios monógamos y se volvieron al poliamor porque pareció una alternativa mas realista. Otras parejas pasan años juntos antes de decidir abrir su relación. Algunos tuvieron baja autoestima en su juventud y usan al poliamor para sentirse mas deseables por su pareja, ya que ahora otros han mostrado interés en ellos. Algunos inclusive consideran al poliamor una orientación sexual; lo consideran tan natural como ser gay, por ejemplo.

Shaff dice que los hombres usualmente son los que preguntan a sus esposas cómo se sentirían si abriesen su matrimonio. Ellos piensan que el poliamor será uno de sus sueños mas increíbles: pueden acostarse con quien quisieran, tener citas y aún así regresar cada noche a casa a cenar con su esposa y acurrucarse en el sofá. Pero no siempre sale todo como estaba planeado.

Tiende a ocurrir una de dos cosas, alega Sheff: los hombres se dan cuenta que quieren tener citas pero no quieren que sus esposas también lo hagan. O encuentran el poliamor muy complicado. Es ya suficientemente duro mantener una relación andando. ¿Cómo manejas los estados de ánimo, expectativas y necesidades sexuales de tres personas? "Muchas veces bromeamos que lo mas difícil del poliamor es hallar el tiempo", dice Anita Wagner Illig. "En verdad, el poliamor no es para debiluchos. Es rudo."

Sorpresivamente, según Sheff, muchas veces son las mujeres las que prosperan más en el poliamor. Ellas tienden a disfrutar desarrollando conexiones emocionales con otras parejas en mayor medida que los hombres, y les gusta el impulso que les da en sus matrimonios.

"Un esposo no puede hacer lo que le gusta diariamente y escaparse de las consecuencias", dice Shaff. "De repente una esposa tiene el poder de expresar su opinión retirándose." Por ejemplo, mientras una esposa monógama no va a pedir el divorcio porque su marido no lavó los platos, una mujer poliamorosa se puede sentir fastidiada y marcharse a casa de su otra relación para desahogarse. El cuidado de los hijos tiende a ser mas igualitario porque ambos miembros de la pareja se hallan planificando citas en su calendario social. Además las mujeres llevan ventaja porque hay menos mujeres poli que hombres.

"Es tan común que se ha vuelto cliché", dice Sheff. "Los hombres llevan a rastras a sus esposas al poliamor. Entonces ellos se desaniman, ya no quieren hacerlo más y sus esposas se preguntan "¿Qué? Esto es grandioso."

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Ese fue el patrón en el que cayeron Rourke y su esposa Janie. Se casaron en 2002 y decidieron intentar el intercambio de parejas varios años después. "Amo a mi esposa. Haría lo que fuese por ella, es mi mejor amiga," dice Rourke, de 45 años, que vive en Rockville. "Pero sexualmente no éramos tan compatibles como otras personas podrían ser. Empecé a interesarme sexualmente por otras mujeres y quise ser franco con ella en ese aspecto."

Su esposa no estaba demasiado entusiasmada con el intercambio de parejas, ella anhelaba una mayor intimidad emocional con la gente con la cual se involucraba, pero se acostumbró. La pareja desarrolló cercanía con algunas de sus parejas de intercambio y pronto se vieron implicados emocionalmente en relaciones de largo plazo con ellos.

Mas recientemente Rourke se ha desencantado de éste estilo de vida. Se deprime cada vez que su esposa hace planes con su pareja. Admite que es en parte porque él no está teniendo citas en éste momento. Pero también teme que su esposa termine marchándose.

"Cuando te vinculas emocionalmente a alguien más, puede diluir tu propia vinculación a tu pareja," alega Rourke. Sabe que su esposa está enamorada de su novio actual, y sabe que además tienen una buena vida sexual. Pero lo que más le incomoda es cuán conectados lucen en frente de él. Algunas veces Janie, de 47 años, y su novio se acarician los brazos amorosamente delante de él. Un gesto sin importancia, pero que vuelve a Rourke loco de celos.

El día en el que lo entrevisté, Rourke dijo que le iba a pedir a su esposa que rompiera con su novio. "Quiero volver a un matrimonio monógamo", dijo. "Me cansé de las fiestas. He tenido sexo con muchas mujeres, más de lo que pensé tener en toda mi vida, pero quiero que regrese mi esposa." Pocos meses después decidieron dejar la comunidad poliamorosa y regresar al intercambio de parejas, el cual considera Rourke ser menos amenazador para su relación.

Él y su esposa hicieron un acuerdo hace años sobre priorizar su matrimonio sobre otras relaciones.

"Todos dicen que una persona no puede serlo todo," expresa Rourke. "Pero tal vez no necesitas todo en una relación. Es una visión muy hedonista de las relaciones, eso de que distintas personas puedan llenar todos tus aspectos. Es una forma fácil de salir lastimado."

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Cada pareja poliamorosa tiene reglas, un conjunto de límites establecidos por ambos miembros. Cambiar las sábanas después de compartir la cama marital con alguien más se da por sentado. En algunas parejas se quiere saber cada detalle de las citas que haya tenido cada miembro, mientras que en otras no se quiere saber nada. Algunas parejas se asignan una noche de la semana que es solamente suya. Muchas quieren saber si algún miembro tiene una nueva pareja, muchas veces quieren conocer a la persona.

Jonah y Olivia han sido poliamorosos por unos pocos años, pero él dio un paso en falso que les enseñó cuán frágil puede ser un matrimonio abierto. Acordaron no tener citas fuera del círculo poliamoroso, pero mientras Olivia estaba en un viaje de trabajo de varias semanas el año pasado, él empezó una relación con una mujer que se identificó como monógama. (Ella gustaba de Jonah pero no le interesaba hacer un trío. Otra regla: No trates de convertir a una persona monógama, siempre se termina con alguien lastimado.) Olivia no se enteró de nada hasta que regresó y Jonah le dijo que tenía una conexión física con ésta mujer. Quería que Olivia la conociese.

Olivia estaba molesta, dijo que la mujer era agradable pero nada garantizaba su capacidad para llevar adelante relaciones poliamorosas. ¿Quién podía asegurar que no quisiese retornar al esposo de Olivia a la monogamia? Eso hacía de esa mujer un factor impredecible, así que Olivia le pidió que terminara con ella. El estaba reacio, pero tuvo que hacerlo, las necesidades de Olivia estaban primero. Jonah reconoció que traspasó una barrera.

Para algunas parejas poli, la única regla es usar condón. Jesse, un consultor de tecnologías de la información en Reston que ha estado en relaciones abiertas por años, se casó en 2011 con Lily, que también era poliamorosa. Recientemente una antigua novia de Jesse llegó a su ciudad para un concierto, y él le ofreció su sofá en su apartamento de una sola cama. El se acercó a Lily pocos días antes de la llegada de la mujer: "Cuando ella llegue va a querer sexo, ¿Está bien para ti?" Lily estuvo de acuerdo. Dice Jesse: "No hay escabullidas para mí o para mi esposa, tampoco ilusiones sobre lo que puede o no estar pasando. Ambos somos increíblemente abiertos el uno con el otro."

Esa noche, Lily se quedó en su habitación leyendo mientras Jesse se la pasaba con su exnovia en el sofá. Cuando entró a la habitación para buscar un condón ella no dejó su libro. "¿Todavía quieres que use un condón, cierto?" preguntó él, ella asintió. Lily y su esposo son de "fluidos confinados", lo que quiere decir que no usan condón entre ellos pero sí con otras personas, a menos que ambos estén de acuerdo e integren esa persona a su círculo de "fluidos confinados".

Esta distinción es crítica. En un matrimonio con pocas barreras sexuales necesitan una manera de protegerse de las ETS.

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Cuando un matrimonio monógamo está pasando por un mal momento, un miembro de la pareja puede pensar que al invitar a otra persona puede mejorar la relación. Muchas veces es un error. "Sabemos que el poliamor no es una forma de arreglar una relación", dice Illig.

La práctica también tiende a dividir el matrimonio si uno de los miembros ya está siendo infiel y sugiere el poliamor para sentirse bien acerca sus indiscreciones pasadas, lo cual puede haber estado pensando Newt Gingrich cuando alegó haberle solicitado a sus antiguas esposas un matrimonio abierto.

Otro escollo surge cuando los dos miembros están de acuerdo con tratar el poliamor pero solo a uno le gusta, o si un miembro tiene baja autoestima; de repente pueden estar peleando por asuntos como abandono o celos.

Pero como lo dice Kyle, el amo de casa, cuando el poliamor funciona puede hacer de los miembros de la pareja mas generosos con sus contrapartes, libres de celos mezquinos y de estrechez de miras. Recuerda ver a su esposa Hope enamorarse de otro hombre y cuán feliz la hizo eso. Ella estaba en lo mas alto de las escaleras, radiante. Cuando le preguntó qué pasaba ella le dijo "¡Me dijo que me amaba!" Kyle sonrió.

"Si puedes sentir alegría de la alegría de otras personas, aún cuando no seas la causa, entonces puedes ser poliamoroso", él dice. "Si no es así, vas a estar en conflicto. Pudo haber sido muy egoísta de mi parte estar molesto en ese momento. Pero no lo hubiese sabido a menos que tratara."


Referencias:
* Una productora de contenido visual para entretenimiento, al estilo de HBO.
** Se refiere a agosto del 2013.
Nota: todas las localidades citadas corresponden a los EEUU.

Artículo traducido por Selenio Escrito, el original puede leerse aquí en inglés.

1 comentario:

  1. Wow me encantó, aunque en México hay muchos poliamorosos, en su mayoria se esconden ante los demás bajo las faldas de la monogamia. Gris ;)

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