jueves, 29 de agosto de 2013

Las delicias de la educación erótica

"Los conservadores dicen que dar educación sexual en los colegios públicos promoverá la promiscuidad. ¿Con nuestro sistema educativo? Si promovemos la promiscuidad de la misma forma que promovemos matemáticas o ciencias, no tendrán nada de qué preocuparse."


- Beverly Mickins



La mayor parte de lo que importa y mejora en la vida sucede a través de la educación; sin embargo, notablemente, en lo referente al sexo, mucha gente no solamente fue privada de educación en su juventud, sino que cargaron con la cosa esa de la dicha de la ignorancia demasiado lejos en la edad adulta.


De hecho, cuando se refiere a cultivar y sustentar una vida erótica, persistir en ignorar puede bien ser el beso de la muerte. Usualmente aquello que no conocemos está envuelto en nuestro temor, que puede fácilmente tornar los encuentros sexuales en decisiones llenas de arrepentimiento con riesgosas consecuencias.

Consecuentemente, tres de los más poderosos predictores de una vida erótica apasionada y en evolución incluye cultivar una curiosidad natural acerca del yo erótico, abriéndote a la extensión de las experiencias sexuales que viven dentro tuyo y diferenciando la verdadera educación sexual del entretenimiento sexual.

La curiosidad es curativa; una capacidad natural y aliviadora que define nuestra humanidad a través de su impulso por entender, por explorar y por ir más allá de nuestros propios límites. Como madre de cuatro hijos, fui testigo una y otra vez de cuán poco realmente enseñé a mis hijos, y por el contrario de cuánto de su educación se trataba de mantenerlos seguros para explorar sus curiosas andanzas.

Cuando tenía que ver con el sexo, nuestra curiosidad con respecto a uno de los aspectos más esenciales y misteriosos de nuestra personalidad era atrofiada, avergonzada y a través del dogma religioso o la cultura familiar, arrancada.

Lo opuesto de la curiosidad es el juicio, que explica por qué tanto comportamiento sexual que no entendemos no es realmente cuestionado tanto como es juzgado. También explica cómo es que tanta gente va a un lugar donde profundamente cree que solamente existe una sola forma de tener sexo - la forma que conocen, la cual es un camino garantizado a la decepción sexual.

La educación, sea erótica o de cualquier otro tipo, sólo es posible para una mente que esté abierta. Estar abierto a aprender sobre las incontables maneras que existen de expresar y experimentar tu sexualidad es un acto creativo, tal vez uno de los aspectos más procreadores de vivir en un cuerpo humano.

Esto no significa que renuncies a tus valores o abandones todos tus límites para tener mejor sexo, sino que significa que la vista se vuelve más expansiva. La creatividad es otro peldaño sobre la escalera de la curiosidad y es lo opuesto a ser estrecho de mente. Hacer algo nuevo de aquello que está frente a uno cuando se refiere a nuestra sexualidad puede ser tan simple como prestar mayor atención y estar más en el presente.

Estas prácticas no aplican solamente a tu sexualidad y de hecho cuanto más empieces a emplear el pensamiento inquisitivo  y expansivo a lo que comés, a lo que vestís, y con quién pasás el tiempo, tanto más tu vida sexual florecerá junto con el resto de tu vida.


Muy a veces, aislamos nuestra vida sexual como algo único y distinto del resto de lo que somos. Nuestra sexualidad es un espejo de la manera en que vivimos. Ser más creativos y de mente abierta tu día completo cambiará lo que sucede en tu dormitorio.

Usar el entretenimiento sexual como guía para una mejor vida sexual es como consumir comida chatarra  como fuente primaria de nutrición. Un poco de entretenimiento sexual puede ser divertido, como el golpe ocasional de comida barata, pero no es educación o nutrición. El entretenimiento sexual puede agregarle el toque picante a una vida sexual que ya es abierta y curiosa, pero no es curativa cuando estás estancado en un lugar desde donde se juzga y se teme.

Existen tantos recursos increíbles para educación sexual real en vídeo, libros, terapia virtual y real y asesoramiento, que no hay excusa para no buscar ayuda real. Algunos de los momentos más memorables e importantes de mi vida sucedieron en la oficina de un terapeuta, en parte porque cuando fui, estaba realmente curiosa e interesada en aprender a cómo pensar diferente así que mi mente estaba totalmente abierta.

Incluso en los momentos más angustiantes de reconocer cómo hemos fabricado nuestras propias cajas que limitan nuestra experiencia vital, existe la luz de la educación que corta aquello que nos mantuvo lejos de nuestra mejor vida, de lo mejor de nosotros mismos.

Aprender acerca de nuestros impulsos apasionados y eróticos es una educación curativa, maduradora y liberadora que no sólo traerá más placer y sensación de estar vivos a tus noches, sino que cambiará los límites de tus juicios por la luz de la curiosidad a lo largo de tus días.


Autora: Wendy Strgar
Artículo original.

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