viernes, 5 de junio de 2015

La belleza en los rompimientos

Lo que aprendemos abrazando el final.


Casi toda la literatura que habla de relaciones sanas trata de cómo permanecer juntos.

Lo cual si lo ves desde una perspectiva de la escalera mecánica de las relaciones (es decir, la fórmula "noviazgo, mudarse juntos, casarse, tener hijos") tiene sentido.

Queremos subir esa escalera con alguien, dado que esta es una de las formas gracias de saber estamos siendo exitosos como personas "crecidas" que somos.

Al menos es lo que se nos hace creer.

¿Pero qué pasa con aquellos de nosotros que no estamos interesados en relaciones tipo escalera? ¿Qué pasa con aquellos de nosotros que estamos pseudo-solteros* y no deseamos acoplarnos a alguien? ¿Los aventureros en solitario y los anarquistas relacionales entre nosotros, aquellos que no están atados a ningún resultado o molde?

Cuando elegimos un estilo de amar que no nos ata a votos de "hasta que la muerte nos separe", ¿cómo entonces sabemos cuándo es mejor despedirse?

¿Las relaciones del tipo "en solitario" son más desechables que las de otro tipo? ¿Dónde está la literatura, dónde los libros de autoayuda, y los foros de apoyo sobre cómo concluir tales relaciones? Todas las relaciones terminan, pero la gente que está pseudo-soltera (es decir, no monógama y sin compañero primario) probablemente experimentará más rompimientos que sus amigos monógamos.

En los últimos dos años y medio, desde que me separé de mi marido, he pasado por, al menos, doce rompimentos, algunos suaves, otros dolorosos y turbulentos.

Mientras buscaba una guía de cómo navegar a través de estas aguas bravas, descubrí que casi no hay nada escrito sobre cómo terminar relaciones con integridad e intenciones positivas. Con todo el consejo existente sobre cómo tener relaciones bellas, muy poco existe sobre cómo tener rompimientos gentiles.

Poco tiempo atrás, aprendí que la integridad era uno de mis valores nucleares, y la capacidad de conducir y concluir mis relaciones con integridad es algo que se ha vuelto importante para mí.

Permanecí en mi matrimonio mucho más allá del punto en que estaba ubicada emocionalmente. Me tomó dos años darme cuenta de que estaba tratando de golpear un caballo muerto con un fuste en un intento de continuar con una búsqueda ciega por una familia-cercana-a-la-perfección con él, cuando mi corazón, mis sueños, mis deseos ya me estaban señalando hacia otro lado.

Cuando alcancé el punto en mi matrimonio en donde supe con certeza que no podía seguir casada, me sentí horrible por no haber actuado sobre el impulso antes. Lo había encadenado porque no quería decepcionarlo, no quería romper su corazón, aunque lo haya engañado.

Pensé muchísimo cómo dejar la relación de manera sana, recuperar algo de respeto a mí misma, y honrar al hombre al que llamé compañero durante ocho años.

Hay un tremendo poder en alejarte de una relación que ya no te alimenta ni nutre, en no unir el camino de la vida de uno al de otro. Aún así, dejar a la gente en su propio viaje y retraerte al tuyo duele.

Últimamente, mi exmarido y yo hemos estado creciendo en direcciones diferentes. Ambos nos comprometimos por nuestro matrimonio, y ninguno estaba feliz con eso. No fue fácil decirle esas palabras; "Quiero que nos divorciemos". Pero, una vez dichas, un gran peso empezó a levantarse de nuestros hombros. Tomó tiempo, y hubo muchas conversaciones desafiantes por el camino, pero estamos, por fin, desligados legalmente uno del otro. Y nuestras vidas florecieron cada una por su lado de maneras increíbles y no imaginadas previamente.

Procesar el fin de mi matrimonio - ya lo había superado al momento que decidí terminarlo. Recientemente, sin embargo, atravesé un rompimiento con alguien que era un amigo cercano antes de convertirse en un amante íntimo, y este final fue duro, complicado y desconocido.

En separaciones anteriores, fui capaz de alejarme de las personas, y ellas fueron capaces de alejarse de mí. En esta ocasión, dado que teníamos una relación íntima basada en una amistad, fue diferente. No hay escape. Bailo con mis emociones y debo aprender a abrazar y seguir fluyendo, a pesar de las partes mías que gritan, lamentan y empujan. No hay otra manera, la naturaleza totalmente envolvente de la afinidad espiritual y la conexión emocional que compartimos el año pasado significa que nuestras vidas tienen múltiples amistades, conexiones sociales, actividades y oportunidades laborales superpuestas. En este caso, la única salida es atravesar todo eso.

Los rompimientos se sienten como despertarse de una intoxicación de un sueño, una especie de resaca que surge mientras la relación en nuestras vidas empieza a desaparecer.

Ahora que estoy a unas semanas alejada de mi última relación, siento como que marca el próximo capítulo de la exploración de lo que "pseudo-soltero" significa para mí. Estoy aprendiendo cosas completamente nuevas sobre cómo tratar con mis relaciones, renovando la relación con mi primario (yo misma) y zambullendome en conexiones nuevas y excitantes conexiones con otros.

Las transformaciones que experimenté en las últimas semanas parecen reflejar que la relación íntima con este amigo terminó mucho antes de que termine. Me siento decepcionada porque ambos hayamos estado encadenando las cosas, tratando de danzar entre la amistad y la "amistimidad" cuando lo más saludable (según se hizo evidente ahora) era caminar separados completamente si esperábamos apretar el reset de la amistad.

Antes de ser atrapada en el juego mezquino de los resentimientos, un camino de amargura que elijo no andar, me pregunto, ¿qué puedo hacer distinto en el futuro?

¿Cómo puedo construir relaciones sanas que tengan finales empoderadores, y que no despojen emocionalmente a ningún participante en el proceso de terminación de la relación?

Algunas teorías:

1. Debemos reconocer que todas las relaciones terminan y hacerlo con la otra persona en la relación. ¡Remover el velo de miedo que existe de hablar sobre finales!

Un cariño, con quien estuve saliendo desde el último otoño, era grandioso en conversaciones como ésta. Ambos sabemos que nuestra relación íntima tiene un marco temporal muy limitado. No sabemos cuándo terminará, sólo sabemos que lo hará. Ese hecho estuvo sobre el tapete desde el momento cero. Y así fue que hemos hablado sobre cómo queremos hablar sobre ello cuando llegue el momento.

2. Hablar sobre cómo queremos atravesar los finales.

Se ha arraigado en nosotros este terror de terminar las relaciones, un miedo de que signifique que seremos un 'fracaso'.

Cuando llegue el momento de terminarlo ignoraremos las señales, o actuaremos desde esa zona de miedo, esa zona de "luchar o morir". Podemos intentar mantener las cosas en modo "amigos". Podemos arremeter. Podemos decir cosas irracionales. Empezamos a hablar al otro en lugar de hablar con el otro.

La mejor manera de superar cualquier miedo es lidiar con él antes que aparezca. Pregúntate (y pregunta a tus parejas) ¿cuánto tiempo quieres explorar esta relación? ¿Cuáles son los indicadores de cuando una relación se ha quedado sin combustible? ¿Cómo quieres que se comuniquen estas cosas uno al otro cuando surjan? ¿Cómo te gustaría relacionarte con anteriores amantes cuando la relación terminó? Estas son conversaciones importantes que tener con nosotros mismos, así como con cualquiera con quien formemos una relación. Es como tener una charla de acuerdo prenupcial.

3. Reconoce que no existen problemas, sólo oportunidades.

El final de una relación hace nacer caminos a otras relaciones. La finalización de un capítulo abre el sendero para la exploración de la novedad. Aprende a abrazar los cambios que trae. En mi caso he estado reconectando con actividades que amo, y paso más tiempo con gente a la que no vi en mucho tiempo. He compartido hermosos paseos en el bosque con amigos inteligentes y sabios. Reorganicé mi dormitorio. Me he llevado a citas conmigo misma. Estuve redescubriendo activamente el mundo a mi alrededor, y encontrando que amo hacer esto mucho más de lo que pensé, y mucho más de lo que lo amaba en los últimos meses.

4. Cuando las cosas se terminan, encuentra una forma, si puedes, de comunicar lo que has amado y apreciado de la relación y lo que significó para ti la relación.

Permítete sentir gratitud por cualquier cosa que lo merezca. Pueden ser cosas grandes, o pueden ser las pequeñas. Puede ser la parte más difícil, hasta puede llevar años averiguarlo.

La última vez que vi a mi exmarido, hablamos un poco de esto. Le compartí que estaba agradecida a él por introducirme al mundo de los psicodélicos, y por ser la razón por la que vine al Canadá. No puedo imaginar hacia dónde hubiese ido mi vida si hubiese sido de otra forma.

Él, por su parte, no estaba seguro de qué diferencia había hecho yo en su vida, pero dijo que lo pensaría. Fue una de las conversaciones más nutritivas y positivas que tuvimos en años. Ser capaz de decir a una expareja que "tu presencia externa en mi vida nutrió mi experiencia interna" es algo a lo que ahora aspiro.

Los finales indican evolución.

Los rompimientos alimentan el crecimiento, y el crecimiento no es en el sentido de la corriente. El fluir fácilmente es algo que consigues una vez que has crecido.

El crecimiento es abrazar el desafío, sumergirse en intimidad con tus miedos y juicios. Es ser capaz de mirar a alguien a los ojos que has amado, que te ha gatillado, volteado tu corazón de adentro hacia afuera con angustiosa paliza, provocó reacciones emocionales que te aterrorizaron completa y absolutamente, y la ausencia de quien te ha hecho sentir nada e insignificante - y ser capaz de sentir que puedes aún amar sus almas, amar su esencia cósmica, y bailar con ellos entre vuestras incertidumbres.


Mel Mariposa, artículo original.



N. del T.:

(*) Pseudo-soltero es el término que, a falta de un equivalente en español, traduce el término inglés single-ish.

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