lunes, 18 de febrero de 2013

Crónica de una obsesión pasajera

Tal vez pueda parecer extraño ahora que lo pienso, pero no suelo tener tantas ganas por conocer a alguien. Encontré casualmente un blog, un blog escrito por una mujer, a mi entender, extraordinaria, y no sólo mujer extraordinaria, sino una persona extraordinaria. Y me prendí, y quise saber más de ella, porque su blog muere en alguna fecha del 2011. 

La puse en google, un par de apariciones más, otro blog, y un par de libros. Luego me encuentro este artículo hablando de ella, divina, Nancy Prada. Y luego otro artículo dedicado a ella, luego una cuenta en twitter, y nada más.


"Ya había probado con bacanales entre ambos géneros, pero empezó a sentir que sólo había tenido sexo con otras mujeres para satisfacer a los hombres. Hacían lo que las películas porno les habían enseñado y no lo que de verdad les causaba placer. Así que se reunieron ellas y solo ellas para tumbarse sobre sus cuerpos distintos y húmedos."


Me tomo mi tiempo para encarar este cuadro, intentar armar este rompecabezas incompleto de partida y logro esbozar una idea de esta personalidad.

Se hacía llamar Sofía Acalántide, vive a más de mil kilómetros de este mi lugar en el planeta. Pero a la distancia logró transmitir sus ideas, su imperfección, sus detalles. Comenzó escribiendo el blog El Sexo de Sofía en un diario, y sus múltiples actividades personales le impidieron continuar un tiempo, para cuando pudo retomar, decidió que ya era hora de ser Sin Vergüenza.

Estudió en un colegio de monjas, fue madre, se casó, encaró una revista llamada "Tabú", se divorció, abortó, estudió filosofía, tiene un par de libros en su haber, hizo de su vida un cuadro con todos los colores. Ahora se interesa en la identidad trans, hizo una maestría en estudios de género y de acuerdo con su filosofía personal exploró buena parte de los recovecos de la sexualidad humana, no sólo en la teoría, sino en la práctica.

Frecuentó un grupo mixto de amigos y conocidos que se dedicaba a las orgías (aunque decirlo solamente así es pecar de simplista). Sintió que no le fue suficiente por lo que organizó la Orgía de Chicas. Aquí un resumen de uno de esos encuentros, aunque se manifiesta reacia a entrar en detalles, su máxima: “Quien quiera saber más, que ponga su cuerpo para averiguarlo”.

Apologista del feminismo, del amor libre, de toda manifestación afectivo-sexual posible. Y de todo proceder que sirva para reconocer y valorar las relaciones humanas en todo su espectro.


"No voy a hacer la pose de la santa, ni más faltaba. He tenido el privilegio de compartir voluntariamente mi cuerpo con mucha gente en estos 33 años, pero ha sido siempre con personas que en su momento me gustaron. Y deseo que siga siendo de esa manera."


No ha de ser la única mujer que se expresa de esa manera, pero llevar a cabo tal entrega con tal vocación y convicción es sublime. Y el hecho de que se exprese en público y logre transmitir esa idea de militancia le otorga un valor extra, aún cuando luche con sus condicionamientos que desatan sus contradicciones, que todos los tenemos, y se muestre tal cual es.


"Pero lo cierto es que todavía me descubro -o me descubren- sintiéndome culpable de asuntos que mi hedonismo tendría que aceptar con más tranquilidad. Supongo que por eso, porque insisto en llevarme hasta ese otro lugar, este blog se llama “Sin Vergüenza”. No por quien soy, sino por quien quiero llegar a ser: una persona que se ha librado del peso del juicio ajeno y logra convertirse en su propia vara."





Soy de creer que esta vida está para incursionar en todo, si hay alguien que se exploró a sí misma, fue ella. Y a ella esta entrada en este blog como homenaje tal vez anónimo.

Flotante