domingo, 21 de julio de 2013

Explorando la apertura en las relaciones

Una vez una mujer explicaba cómo ella y su pareja se sentían libres para expresar sus respectivas atracciones hacia otra gente, y lo bien que se sentía hacerlo, respecto a relaciones anteriores en las cuales decir eso pudo haber sido un tabú.

Un amigo, sabiendo que no podía evitar escucharlos desde donde estaba sentado me invitó a la conversación, preguntándome acerca de mi relación. La describí como una relación similar a la suya exceptuando que, a veces, nos dejamos llevar y actuamos movidos por esas atracciones.

"Ah, es que estás en una relación abierta" respondió la mujer, seguido de lo cual empezó a defender los límites de su relación, explicando que ninguno de los dos realmente actuaría movido por esas atracciones, inclusive si el otro estuviese completamente de acuerdo.

Debido a que no sentían la necesidad, simplemente.

Le dije que me parecía genial eso y abandoné la conversación tan pronto como me lo permitió la cortesía, sin saber a ciencia cierta por qué la sentí como una afrenta hacia mí.

Hasta dentro de las comunidades de mentalidad abierta y otras relativamente desenfadadas en las que me muevo, es difícil encontrar personas que no empiecen a dar explicaciones por su preferencia por la monogamia poniéndose un poco a la defensiva, aún sabiendo que tanto mi pareja como yo no somos totalmente exclusivos en lo sexual.

Por otra parte, y debido a que mi pareja y yo hemos alterado algunos de los límites que mantenemos de manera específica y ocasional, mi relación ha sido etiquetada como que no fuese realmente abierta por un amigo que forma parte de una comunidad de relaciones abiertas en San Francisco.

Tanto abiertas como cerradas, poliamorosas como monógamas, todas las relaciones caen en algún punto del espectro de la apertura sexual, donde los extremos de la exclusividad absoluta y la apertura total son sumamente inusuales, hasta inimaginables.

Hay relaciones donde un miembro está tan bajo propiedad del otro que no debe nunca mostrar algo de su piel en público. Hay relaciones en las cuales no está bien visto pasar algún tiempo con los amigos del sexo opuesto sin contar con el pretexto de una fiesta o del trabajo. Hay relaciones donde solo se permite expresar atracción por celebridades, pero nunca hacia gente que pudiese estar al alcance. Hay relaciones donde está bien expresar atracción hacia amigos y conocidos, pero sin que eso trascendiera a lo físico. Hay relaciones en donde todo vale, siempre y cuando se tomen medidas de seguridad y ninguno de los dos exprese dudas. Y hay relaciones situadas en cualquier punto del espectro y más allá, a las que se le podrían aplicar cualquier excepción o salvedad imaginable, explícita o sobreentendida.

Teniendo en cuenta éste abanico de posibilidades, todas las relaciones son abiertas en cierto grado y cerradas en otro. ¿Dónde pones el límite entre lo abierto y lo cerrado?

En mi opinión, concentrarse en un conjunto cambiante de reglas sexuales deja por fuera lo fundamental en una sana relación abierta: Lo que define las cualidades de una relación abierta, para mí, tiene que ver mas con cómo es la interacción de la pareja (o trío, etc.) con el mundo al permitir nuevas relaciones, pasiones y vínculos, que se desarrollen y enriquezcan sus vidas. El mayor reto para mi relación no ha sido abrirme al interés sexual de mi pareja por otra gente, sino que ha sido abrirme a su deseo de hacer carrera como doctora. Las demandas interminables de las instituciones de la medicina occidental me inspiran mas celos y miedos de lo que cualquier individuo podría. Mi opción de procesar esos celos y miedos me ha llevado a encarar a algunos de mis peores y mas esquivos demonios, y me ha llevado a un lugar donde poder cambiar algunas creencias que me han impedido alcanzar mi potencial.

También me pregunto si ésta apertura no será cíclica de algún modo, en el transcurso de la relación. Me pregunto si habrán momentos para abrirse al mundo y otros para cerrarse y enfocarse el uno en el otro. Las relaciones empiezan con cierto grado de cierre, donde el progreso se percibe en la manera como entrelazan íntimamente sus vidas. Esta fase termina al alcanzar un punto donde el vínculo es fuerte y seguro, y se vuelve una especie de hito o criterio mientras vas al mundo a cumplir sueños que no serían posibles sin el amor y el apoyo de tu pareja. Esta transición es un proceso delicado, el cual puede percibirse como hacer tienda aparte y como que nunca se volverá a sentir el entusiasmo de incrementar intensamente la intimidad de nuevo. Es también común que un miembro de la pareja comience este proceso antes que el otro, lo que puede llevar a intensos episodios de celos y sentimientos de pérdida. Sin embargo, si el vínculo es lo suficientemente fuerte y los integrantes de la pareja se apoyan en cierta sabiduría, la apertura puede empezar de manera sincera.

Desde ésta perspectiva, la apertura en una relación solo puede llevar a admitir otras parejas sexuales si esa fuese una vía para crecer y expandirse, por parte de uno o mas miembros de la pareja o grupo. Tal vez esto fue lo que la mujer quiso expresar defendiendo los límites de su relación, es decir, la certeza de que ese deseo no existía.

De entre todas las pasiones, si las ponderásemos como iguales, los intereses sexuales y románticos son considerados, generalmente, los tipos mas amenazadores de las nuevas pasiones para una relación primaria. La gran mayoría de la gente hace de la exclusividad sexual el estandarte de su vínculo mas sagrado. ¿Por qué supones que ésto es así? Me gustaría saber lo que piensas.


Autor: Bannigan McDade - Traducción: Selenio Escrito
Artículo original en inglés.

Flotante