Traducción de la entrada Sex-Positive Movement (SPM) en Wikipedia
El SPM es un movimiento social que promueve y abarca una sexualidad abierta con pocos límites más allá del énfasis en la práctica del sexo seguro y la importancia del consenso informado. La sexoafirmatividad es una actitud hacia la sexualidad humana que considera todas las actividades sexuales consensuadas como saludables y placenteras, y fomenta el placer sexual y la experimentación. El SPM es un movimiento social y filosófico que defiende esas actitudes. El SPM defiende la educación sexual y el sexo seguro como parte de su campaña. El movimiento no hace distinciones morales entre tipos de actividades sexuales, considerando esas elecciones como asuntos de preferencia personal.
Los términos y conceptos sexoafirmatividad y sexonegatividad se atribuyen generalmente a Wilhelm Reich. Su hipótesis era que algunas culturas ven la expresión sexual como esencialmente buena y saludable, mientras que otras sociedad toman un punto de vista negativo de la sexualidad en general y buscan reprimir y controlar el deseo sexual.
El SPM no hace distinciones morales o éticas entre sexo heterosexual u homosexual, o masturbación, considerando estas elecciones como cuestiones personales. Algunas posturas sexoafirmativas incluso aceptan el BDSM y el poliamor así como la asexualidad, la transexualidad, el transgénero y otras formas de transgresión de género en general. La mayoría en el SPM defiende una educación sexual amplia y acertada como parte de su campaña.
Algunos teóricos del SPM han analizado la sexoafirmatividad en términos de intersección de raza/cultura, género, sexualidad, clase, nacionalidad y espiritualidad. Farajaje-Jones (2000) destacó la conexión entre la ideología supremacista y lo que llamó “erotofobia”.
Varias definiciones de sexoafirmatividad han sido ofrecidas por la sexóloga Carol Queen:
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Símbolo del "amor fuera de la caja", utilizado para representar arreglos no convencionales de relacionamientos. |
La sexoafirmatividad, un término que está entrando en la consciencia cultual, no es una celebración estúpida e insulsa del orgón por unos hippies; es una afirmación simple, pero radical, de que cada uno de nosotros desarrollamos nuestras pasiones en diferentes ambientes, que en lugar de tener dos o tres o incluso media docena de orientaciones sexuales, debemos pensar en términos de millones. La sexoafirmatividad respeta cada uno de nuestros perfiles sexuales únicos, incluso aunque reconocemos que algunos hemos sido dañados por una cultura que intenta erradicar la diferencia y las posibilidades sexuales.
Es la filosofía cultural que entiende la sexualidad como una fuerza potencialmente positiva en nuestra vida, y que puede, por supuesto, enfrentarse a la sexonegatividad, que ve el sexo como problemático, perjudicial, peligroso. La sexoafirmatividad permite, y de hecho celebra, la diversidad sexual, los deseos y las estructuras de relaciones que difieren, y elecciones individuales basadas en el consenso.
Amor libre
El término “amor libre” se ha usado por lo menos desde el siglo XIX para describir un movimiento social que rechaza el matrimonio, que es visto como una especie de atadura social, especialmente para las mujeres. De acuerdo con este concepto, las uniones libres entre personas adultas son relaciones legítimas que deben ser respetadas por todo el mundo, sean relaciones emocionales o sexuales. Adicionalmente, algunos textos sobre el amor libre han argumentado que tanto hombres como mujeres tienen el derecho al placer sexual. En la era victoriana, esto era una noción radical. Más tarde se desarrolló un nuevo tema, vinculando el amor libre con el cambio social radical, y describiéndolo como precursor de la nueva sensibilidad antiautoritaria, antirrepresiva y pacifista.
Mientras que el término amor libre se ha asociado a menudo a la promiscuidad en la imaginación popular, especialmente en referencia a la contracultura de los años 60 y 70, históricamente el movimiento por el amor libre no ha defendido el tener varias parejas sexuales o las relaciones sexuales de corta duración. En su lugar ha argumentado que las relaciones de amor libre en las que se entra de manera libre no deben ser reguladas por la ley. Así, la práctica del amor libre puede incluir relaciones monógamas a largo plazo o incluso celibato, pero no incluiría formas institucionales de poligamia como el rey, sus esposas y concubinas.
Las leyes de interés particular para los movimientos por el amor libre han sido entre otras las que impiden la convivencia de las parejas no casadas, y las que regulan el adulterio y el divorcio, así como la edad legal de consentimiento, control de natalidad, homosexualidad, aborto y prostitución; aunque no todas las personas que defienden el amor libre están de acuerdo en esos temas. La derogación de derechos individuales en el matrimonio también les incumben; por ejemplo, algunas jurisdicciones no reconocen la violación marital o la tratan menos seriamente que la violación no-marital.

En el siglo XX alguna personas dentro del amor libre han extendido la crítica al matrimonio diciendo que el matrimonio como institución social promueve la posesividad emocional y la esclavitud psicológica.
La década de los 60 y años posteriores.
Generalmente el término “liberación sexual” se usa para describir el movimiento socio-político, observado desde los años 60 hasta los 70. Sin embargo, el término ha sido usado al menos desde finales de los años 20 y a menudo se considera que está influido por los escritos de Freud sobre liberación sexual y asuntos psicosexuales.
Durante los años 60 se empezaron a dar cambios en la manera en que la sociedad veía la sexualidad, anunciando un período de descondicionamiento en algunos círculos de las antecedentes del mundo anterior, y de desarrollo de nuevos códigos de conducta sexual, muchos de los cuales se encuentran ahora integrados dentro de la mayoría de la sociedad.
La liberalización sexual anunció unos nuevos valores en la experimentación con el sexo de manera abierta dentro y fuera del matrimonio, los anticonceptivos, la desnudez en público, liberación gay, liberación del aborto, matrimonio interracial, vuelta al parto natural, derechos de las mujeres y feminismo.
Los hippies célibes no criticaban a quienes elegían el camino del “amor libre” y la “liberalización sexual”. A finales de los 70 y 80 las nuevas libertades sexuales fueron explotadas por grandes empresas que buscaban sacar partido de una sociedad más abierta, con la llegada de la pornografía y el porno duro.
El historiador David Allyn argumenta que la revolución sexual fue un momento de “salir del closet” sobre el sexo premarital, la masturbación, las fantasías eróticas, el uso de pornografía y la sexualidad.
Feminismo sexoafirmativo.

Traducción de Selenio Escrito.
El artículo original puede leerse en la entrada de Wikipedia en inglés.
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