jueves, 7 de febrero de 2013

Las ventajas del poliamor

¿Tiene valor social el poliamor?

Al empezar la revolución sexual en los sesentas, mucha gente pensó que crear relaciones no monógamas honestas sería fácil. Por el contrario, medio siglo de salidas nulas y descubrimientos dolorosos nos enseñó que el poliamor pasa la factura. El hecho es que la mayoría de los hombres del siglo veinte tienen impulsos contradictorios que nos estira hacia la dirección de los celos y la posesividad.

Estas fuerzas opuestas deben ser reconciliadas antes de ser verdaderamente libres de amar y en esto yace uno de los mayores regalos que el poliamor tiene para ofrecer. El poliamor coloca a la gente en el ojo del huracán, con una abundancia de oportunidades de confrontar estas fuerzas opuestas y enseñar de sus errores por el camino. Los teóricos del aprendizaje descubrieron que cuantos más errores cometes, más rápido aprendes. En el poliamor, es posible tener el beneficio de varios cursos de vida de errores en un tiempo relativamente corto gracias a que te estás envolviendo en más de una relación íntima al mismo tiempo.

Las relaciones poliamorosas ofrecen muchos medios de acelerar el crecimiento personal. Todas las relaciones íntimas en su mejor faceta son un camino para mayor conciencia y autoconocimiento, en gran parte gracias a la valiosa retroalimentación -o efecto espejo- que uno recibe de un ser amado. Tener más de un compañero al mismo tiempo no solo aumenta la cantidad de retroalimentación disponible sino también dificulta culpar a tu compañero por los problemas que podrías estar creando en la relación. Por supuesto, la monogamia serial también ofrece la oportunidad de ver surgir los mismos errores una relación tras otra, pero no solo toma más tiempo aprender la lección, y es que si eres un interlocutor avispado, puedes ser capaz de convencer a una persona a la vez que no es tu culpa, mientras que es menos probable que dos personas sean embaucadas en este sentido.

Bill es un hombre atractivo cerca de los cincuenta años que nunca se casó. A través de los años tuvo una serie de relaciones monógamas, cada una de las cuales duró cerca de cuatro años. "No estoy seguro de por qué ninguna de estas relaciones duró", me dijo. "Siempre asumí que simplemente no congeniábamos y pasaba a la siguiente mujer, pero me estoy quedando viejo, y realmente quiero sentar cabeza". Bill decidió probar el poliamor y aceptó mi consejo de empezar saliendo con mujeres que no estuviesen buscando compromisos monógamos. Pronto estuvo saliendo con tres mujeres diferentes y se emocionó cuando resultó que dos de ellas se conocían y se agradaban mutuamente. Luego de unos cuantos meses, sin embargo, se encontró debatiéndose consigo mismo. "Liz, Helen y Angie están enojadas conmigo", se quejaba. "Empezaron a comparar notas y descubrieron que dije algunas mentiras piadosas. Ahora me acusan de manipularles. Realmente no entiendo cuál es su problema, pero me gustaría descubrirlo. ¿Puedes ayudarme?" Bill estaba cosechando los beneficios del poliamor de una forma distinta a la que esperaba, pero su apertura a observarse a sí mismo de una vez por tres mujeres insistiendo en vez de una era prometedor.

Porque los relacionamientos múltiples son inherentemente más complejos y demandantes que los monógamos y porque desafían las normas de nuestra cultura, ofrecen otras oportunidades de valioso aprendizaje. Lecciones respecto a amarse a uno mismo, acerca de la tolerancia por la diversidad, acerca de hablar desde el corazón y comunicarse claramente, respecto a aprender a confiar en un sentido interno de rectitud y pensar por uno mismo en lugar de confiar ciegamente en opiniones externas son solamente algunas muestras de tales lecciones. Estas cualidades son destinos de una persona emocional y espiritualmente madura, la clase de persona que resulta en un buen padre y contribuye a su comunidad.

Una de las preocupaciones más comunes acerca del poliamor es que pueda ser dañino para los niños, pero nada podría estar más alejado de la realidad. Las familias con múltiples adultos y las redes de compromiso íntimo tienen el potencial de proveer a los niños dependientes de adultos que crían de poder satisfacer sus necesidades materiales, intelectuales y emocionales. Mientras que los padres pueden terminar enfocándose menos en sus niños, los niños pueden ganar nuevos tíos, tías y padres adoptados.

Más adultos compartiendo la paternidad puede significar menos estrés y menos fatiga sin perder ninguna de las recompensas. En un grupo más grande de hombres y mujeres es más probable que uno o dos adultos estarán con la voluntad y la aptitud de quedarse en casa y cuidar de la familia o que cada uno pueda estar disponible uno o dos días a la semana. Si un padre muere o no está más a disposición, otros miembros de la familia pueden rellenar la brecha. Es posible que nuestros niños tengan más modelos de rol, más compañeros de juegos, y más amor en un ambiente grupal. Por supuesto, estas ventajas pueden encontrarse en cualquier establecimiento comunitario, pero la gente a menudo evita la intimidad con otros adultos en un esfuerzo consciente o no de salvaguardar un compromiso monógamo.

El poliamor tiene el potencial de crear familias estables y educadoras donde los niños se desarrollan en una atmósfera de amor y seguridad. Con la familia nuclear tradicional bien encaminada a su extinción, estamos enfrentados con una cuestión de crítica importancia: ¿quién se encargará de los niños? Ni las familias donde ambos padres estén en el mercado laboral ni las familias monoparentales ofrecen a los niños cuidados a tiempo completo, con cuidadores amorosos y de calidad, siendo estos escasos y caros al mismo tiempo. Como mucho, los cuidados institucionales a tiempo completo (incluyendo escolaridad pública) no pueden proveer la atención individual, intimidad, flexibilidad y la oportunidad de soledad que los niños necesitan para hacerse cargo de su potencial. La monogamia serial presenta una vida discontinua estresante a los niños y también a los padres. Mientras tanto, una generación entera está en riesgo a medida que el divorcio se vuelve un hecho de la vida cada vez más común.

Aún no sabemos cómo el poliamor impacta en la tasa de divorcio; la poca información de la que disponemos sugiere que no lo hace. Esto es, las tasas de divorcio aparentan ser más o menos las mismas en matrimonios monógamos y no-monógamos. Algunas personas han empezado a bromear acerca del "poliamor serial", y puede resultar que cualquier tipo de relación duradera es sencillamente poco probable en el siglo veintiuno. Sabemos que la práctica del poliamor puede ayudar a preparar a los padres a mantener lazos familiares luego de un divorcio porque ya se lidió con el asunto de volverse celoso cuando es confrontado con una nueva pareja antigua.

El poliamor puede significar un mayor estándar de vida al tiempo que se consumen menos recursos. Es más probable que los compañeros amantes-sexuales se sientan cómodos compartiendo el hogar, el transporte, artefactos, y otros recursos. Incluso si los compañeros no viven en comunidad, comparten comidas frecuentemente, se ayudan mutuamente en reparaciones y proyectos domésticos, y toman vacaciones juntos. Este tipo de cooperación ayuda a proveer un más alto nivel de vida mientras reduce el consumo individual así como a mantener a la gente muy ocupada para consumir de más. Los compañeros múltiples también ayudan en la renovación de nuestra devastada ecología humana creando una sensación de comunidad unida.

El poliamor puede ayudar a los padres e hijos a adaptarse por igual a un mundo incluso más complejo y de cambio rápido. Uno de los mayores desafíos que a enfrentar los seres humanos al amanecer del siglo veintiuno es afrontar al ritmo de vida cada vez más rápido. Estamos siendo constantemente inundados con más información de la que podemos absorber y más opciones de las que podemos evaluar. Las nuevas tecnologías se están volviendo obsoletas casi antes de que las podamos implementar. Intentar sostenerse puede ser estresante si no imposible para una persona o para una pareja. Pero un pequeño grupo de compañeros amorosos y bien coordinados puede dividirse las tareas que pudieran abrumar a una o dos personas. Los relacionamientos de múltiples compañeros pueden ser el antídoto al shock futuro.

Uno de los desafíos más difíciles que enfrentan hombres y mujeres en el siglo veintiuno es efectuar la transición de las identidades de género rígidas y bien definidas que prevalecen, a los roles más fluidos y andróginos preferidos por muchos individuos. Diversas opiniones con respecto del acercamiento más saludable, natural y funcional a los roles de género aún se debaten por los científicos sociales, sicoterapeutas y maestros espirituales. La mayoría de la gente estaría de acuerdo, sin embargo, que tanto la masculinidad al estilo John Wayne y la versión clásica de la femineidad de ama de casa de los cincuentas, así como cualquier identidad basada solamente en el género, son prescripciones para la infelicidad. Mientras las versiones extremas de estos estereotipos antiguos son cada vez más raras, mucha gente aún pelea con los efectos más sutiles de la tiranía de las generaciones basadas en género.

El matrimonio tal como lo conocemos está basado en patrones establecidos en tiempos bíblicos para regir a las mujeres como propiedad de los hombres. El poliamor puede ayudar a hombres y mujeres a romper los roles sexuales disfuncionales y alcanzar relacionamientos ecuánimes, sexualmente gratificantes y respetuosos simplemente gracias a su novedad. La mayoría de nosotros hemos absorbido inconscientemente mensajes culturales acerca del comportamiento adecuado para maridos y esposas. Podemos pensar que nuestra sociedad moderna ha dejado atrás su legado, pero recuerde que las mujeres en los Estados Unidos han alcanzado el derecho a votar hace menos de 100 años. El poliamor nos lleva a confrontar el condicionamiento de nuestros ancestro del rol sexual y exige que lo superemos. Eso requiere que hombres y mujeres por igual superen nuestra programación competitiva e inventemos nuevas formas de relacionarnos dado que no podemos retroceder más haciéndolo simplemente como lo hacían mamá y papá, o como lo hacían la abuela y el abuelo.

Los propulsores de la ecología profunda sugieren que la antigua sabiduría de los pueblos indígenas puede ofrecer algunas pistas importantes a nuestra supervivencia como especie. La defensora de la ecología profunda Dolores LaChapelle fue una de las primeras escritoras del siglo veinte en discutir el sexo y las relaciones íntimas en un contexto ecológico. Ella ve las rupturas en tantas relaciones modernas como resultado directo de tomar mucho énfasis en el romance entre dos personas y perder la vista del amplio agujero en el cual estamos insertados. En su enciclopédico Tierra Sagrada, Sexo Sagrado, ella traza con la sabiduría indígena un cuadro vívido de las maneras en las cuales el sexo múltiple sirvió tradicionalmente para unir al grupo, tornando difusos potenciales conflictos, y fortalecer la conexión a la tierra. Cita muchos ejemplos de pueblos nativos tanto modernos como antiguos cuyas costumbres y rituales incorporaban el sexo como "natural, inevitable y sagrado porque es parte del amplio interrelacionamiento entre humanos y la naturaleza en ese lugar."

Uno de los reportes da cuenta de una antropóloga que viajaba por la jungla con una amiga y su marido, ambos de la tribu. Cuando se detuvieron para acampar durante la noche, esta amiga se puso a hacer el amor con su marido y le preguntó si se quería unir a ellos. Ella describe la experiencia como natural, lúdica, cariñosa, y de unión para ambas mujeres.

En muchas de estas culturas, así como en el estilo amoroso llamado actualmente poliamor, el emparejamiento es una opción entre varias, y las parejas esperan incluir a otras en su intimidad o relajar sus límites cuando la situación surja. Las parejas así como otros agrupamientos y los solitarios participan todos en festivales estacionales que incluyen el sexo ritual para "incrementar la energía no solo entre hombre y mujer sino dentro del grupo como un todo y entre humanos y su tierra".

La investigación del Dr. James Prescott reveló que culturas como éstas son significativamente menos violentas que aquellas que no permiten el sexo extramarital. Mientras el pensamiento occidental moderno generalmente considera los ritos de fertilidad como meramente supersticiosos, si no inmorales, LaChapelle describe una base biológica para sus efectos positivos.

LaChapelle lo explica así: "En el sexo ritualizado, que no está confinado al área genital, el cuerpo entero y el cerebro reciben estímulos repetitivos durante un considerable período de tiempo. Esto lleva a la "sintonía del sistema nervioso central". Para resumir brevemente, si el sistema nervioso parasimpático o el sistema nervioso simpático es estimulado, el otro sistema se inhibe. Ocurre la sintonía... cuando existe tal potencia y prolongación de la activación de un sistema que se sobresatura y se desborda al otro sistema de forma que, a su vez, se activa. Si se estimula el tiempo suficiente el siguiente nivel de sintonía se alcanza donde la fuerte descarga simultánea de ambos sistemas autónomos crea un estado de estimulación del haz prosencefálico medial generando no solamente sensaciones placenteras sino... un sentido de unión o unidad con todo. Este nivel de sintonía permite el predominio del hemisferio izquierdo; resolviendo así problemas considerados insolubles por el hemisferio racional. Más aún, el ritmo de la acción repetitiva como se realiza en los rituales sexuales genera descargas límbicas positivas, resultando en cohesión social incrementada; contribuyendo así al éxito de tales rituales como mecanismos de unión.

Por supuesto que el poliamor no necesariamente tiene que ver con tales actividades exóticas, pero como filosofía del amor, provee un contexto en el cual el ritual erótico es posible sin prohibiciones basadas en una creencia en un derecho a la exclusividad sexual como prueba de compromiso o fidelidad. Lo que el poliamor requiere es un tipo de amor más altruista e incondicional del que comúnmente se encuentra en las uniones monógamas y surgen naturalmente de un sentido de unidad. Mientras la monogamia, por supuesto, también se desarrolla en el amor sin egoísmo, la monogamia puede sobrevivir más fácilmente que el poliamor en ausencia de él.


Traducción libre de un artículo en inglés. Autora: Deborah Anapol

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Todos los comentarios son bienvenidos, aunque están sujetos a remoción en caso de que así lo considere necesario.

Flotante