viernes, 9 de agosto de 2013

El abuso es abuso aunque provenga de una mujer

No puedo evitar notar un doble rasero aquí.

En las semanas que pasaron desde que escribí un artículo sobre abuso doméstico y específicamente el incidente en Londres que implicó un altercado entre la famosa chef Nigella Lawson y su ahora ex marido, Charles Saatchi, otra pareja de celebridades está implicada en un supuesto episodio de abuso doméstico.

A diferencia de la situación de Lawson, sin embargo, el supuesto abusador fue arrestado porque alguien llamó a la policía a reportar una pelea. Según los reportes policiales, la víctima tenía una nariz sangrante y marcas de mordeduras visibles en el cuerpo. También hubo un par de cosas más que diferenciaba la situación de la de Lawson: la víctima, Evan Peters, era hombre y su supuesta abusadora, la actriz, Emma Roberts, era mujer.

Comparar y contrastar los reportes de los medios siguiendo el arresto de Roberts y el incidente Lawson fue quitarme un velo respecto a cómo ve el público en general la violencia doméstica y las manos de una mujer. En contraste con numerosos artículos y editoriales a ambos lados del Atlántico impulsando a Lawson a dejar a su marido y marcándolo como un abusador, las noticias siguiendo al otro caso fueron amplios reportes de "amigos" afirmando estar "preocupados" acerca del supuesto comportamiento de chica fiestera de Roberts y los efectos que podían tener sobre ella más que en Peters y de que ella y Peters tienen una relación "extrema" y "pasional". Representantes de los dos dejaron en claro que la pareja no planeaba separarse y están "trabajando para superarlo".

Como feminista y superviviente de violencia doméstica, no puedo evitar notar un doble rasero aquí. Dada la violencia que se supone tuvo lugar, que podría decirse que parece ser más extrema que el abuso cometido a Lawson, la única razón que puedo pensar de eso es que los medios no están pegando el grito al cielo y demandando que Peters deje a su pareja abusiva porque Roberts es una mujer: en una nota más preocupante, el visible doble rasero de los medios de ambas situaciones refleja la negativa por muchos de admitir que 1. los hombres pueden ser víctimas de violencia doméstica y 2. quienes perpetran estos abusos pueden ser mujeres.

Cuando muchos de nosotros imaginamos la violencia doméstica, solemos pensar en una mujer arrodillada en una esquina y/o huyendo de miedo de su abusivo esposo o novio. Pocos piensan en un hombre en esa situación incluso aunque algunos estimen que tanto como uno de cada tres hombres pueden ser víctimas de abuso doméstico.

Como su homólogo masculino, las abusadoras vienen de todo tipo de contextos socioeconómicos como sus víctimas. Como descubrí recientemente, las víctimas pueden incluso ser personas que conoces de las que jamás pensarías podrían estar soportando abuso doméstico.

Poco después de haber escrito mi artículo, me volví a conectar con alguien a quien conocí hace muchos años atrás en la universidad. Se había separado recientemente de una mujer a quien también conocía de aquel tiempo. Tan pronto como nos encontramos, compartió conmigo que durante sus años juntos, había sido golpeado y abofeteado por su mujer en un montón de ocasiones, incluso en público.

Me horrorizó esto. Expresé mi empatía por haber sido víctima de violencia doméstica, pero él se puso con los pelos de punta cuando lo dije. Intentó justificarlo diciendo que "probablemente me lo merecía" por decir algo objetable y lo minimizó diciendo, "Bueno, vos sabés cómo era ella. Siempre fue tan apasionada".

Como mujer apasionada que soy, no me tragaba esta excusa. Le pregunté a quemarropa: Si en este caso fuera yo o cualquier otra mujer la que habla acerca de su ex esposo así, ¿negarías que fue un abuso?

Su respuesta fue rápida: "No, no lo haría. Lo llamaría abuso doméstico."

Ser una víctima de violencia doméstica es humillante para cualquiera de cualquier sexo, pero ser un hombre en esta posición puede ser incluso más difícil. Podría ser preguntado por otros hombres: "¿por qué no podés controlar a "tu" mujer?"  También, el hecho de que los hombres usualmente tienden a ser físicamente más fuertes hace dudar a muchos hombres y mujeres acerca de sus afirmaciones y preguntarse por qué no lucharon o no se protegieron.

Lo triste es que muchos no entienden que los abusadores de ambos sexos operan sobre el miedo y el control. Muy pocos abusadores parten inmediatamente del abuso a sus víctimas. A veces es un proceso en el que ganan la confianza y el afecto de sus futuras víctimas antes de mostrar sus verdaderas personalidades.  Como las mujeres, las víctimas hombres pueden llegar a creer que no pueden vivir sin la mujer abusiva. La idea de que los hombres simplemente no les es tan difícil los rompimientos tanto como a las mujeres es falsa, especialmente dado que los hombres en realidad tienen más probabilidades de cometer suicidio luego de un divorcio que las mujeres.

Es así que si alguna vez intentamos acercarnos a una sociedad donde sea eliminada la violencia doméstica, necesitamos reconocer que la violencia doméstica es un igual destructor de oportunidades de personas de ambos sexos. Necesitamos decirles a nuestros niños, empezando cuando son muy jóvenes, de que no hay nada de "lindo" o "divertido" en golpear o abofetear a alguien en la ira incluso aunque la cultura popular a veces representa a hombres que reciben bofetadas en el rostro de una mujer airada como que de alguna manera se lo merecen.

Últimamente, necesitamos seguir diciendo de que el amor nunca debería lastimar sin importar el sexo de las personas implicadas.


Autora: Kimberly Lo
Artículo original en inglés.

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