miércoles, 18 de febrero de 2015

¿Las relaciones abiertas reducen los celos? Doce hechos sorprendentes sobre la no-monogamia.

Por alguna razón, los swingers reportan tener vidas más exitantes y satisfactorias que el resto de la población.

Las relaciones consensuadamente no monógamas (CNM), en donde las parejas comprometidas acuerdan mutuamente no ser sexual y/o románticamente exclusivas uno al otro, lentamente están ganando visibilidad en los medios. Aún así, fuera de unas pocas anécdotas, aún están envueltas en estereotipos y misterios. Aquí van 12 cosas que investigaciones recientes revelan sobre estas relaciones y sobre las personas envueltas en ellas. (Algunas de estas investigaciones son tan recientes que aún no han sido publicadas, sólo fueron presentadas en conferencias profesionales, así que estás recibiendo una primicia).

1. Es probable que la población practicante de relaciones CNM sea más numerosa que la población gay. Hasta el 2% de las mujeres en los EEUU se identifican como lesbianas, y hasta el 4% de los hombres como gays. No tenemos una base de datos nacionalmente representativa sobre las CNM, pero en amplias muestras online, 4-5% de los que respondieron reportaron estar actualmente en una relación CNM. Divididas por orientación entre parejas en Vermont, un acuerdo CNM aparecía en el 3,5% de las parejas hétero, 5% en parejas lesbianas, y hasta del 50% en parejas masculinas gay. Así es, los hombres homosexuales tienen la mar de probabilidades más de practicar CNM que cualquier otro colectivo. 

2. Hasta el 40% de los hombres y hasta el 25% estarían considerando las CNM. En este porcentaje respondieron 600 participantes en una relación monógama que se cambiarían a la no monogamia si vivieran en un mundo en el que todo el mundo tuviera relaciones abiertas. Estos datos aún están por publicarse*, pero algunas investigaciones ya publicadas sugieren aperturas similares entre muchas personas por probar las CNM si sus parejas lo sugirieran o estuvieran de acuerdo.

3. El deseo por la (no) monogamia existe en un continuo. En su bestseller Sex at Dawn, Chris Ryan afirmaba que los humanos como especie son no monógamos. Sin embargo, nuevos datos del laboratorio de Lisa Dawn Hamilton sugieren que podría ser más preciso pensar en la tendencia a la (no)monogamia como una característica personal que varía en un espectro desde muy bajo hasta muy alto (así como, digamos, la extraversión y la introversión). En otras palabras, algunas personas son completamente monógamas, otras son completamente no monógamas, y muchas más están en algún punto intermedio.

4. El estigma contra las CNM es fuerte, robusto e increíblemente penetrante. Las CNM y las personas que las practican son consideradas peor que los monógamos en virtualmente cada característica personal o relacional que se te ocurra, incluyendo la salud sexual, el compromiso, la confianza, el romance, la amabilidad, la soledad, los celos, la generosidad, la satisfacción vital, educación y el éxito, por nombrar unos pocos. En un fenómeno sicológico llamado "efecto halo", esta negatividad se extiende a rasgos y comportamientos que no tienen nada que ver con las relaciones. La gente cree que los no-monógamos son peores en sus compromisos tributarios, en sacar a pasear al perro, en tomar multivitamínicos o en usar hilo dental.

5. Este estigma es tan permeable, que incluso las mismas personas que están comprometidas en relaciones CNM piensan que las CNM son inferiores a la monogamia en casi todas las características citadas anteriormente. Esto es algo así como la homofobia internalizada experimentada por los homosexuales - viviendo en un mundo que fuertemente estigmatiza tu orientación sexual o estilo de vida, no puedes más que internalizar esos prejuicios.

6. No todas las relaciones CNM se perciben igual de malas. Los swingers (que en forma típica tienen exclusivamente sexo casual con otros, junto a sus parejas, a veces en situaciones de sexo grupal) son percibidos como más sucios, menos morales, menos responsables y menos maduros que los poliamorosos (que típicamente tienen relaciones múltiples, largas y románticas). Aquellas en relaciones abiertas (que típicamente tienen relaciones casuales con otros, pero cada uno separadamente de sus parejas principales) se percibieron en algún punto entre medio.

7. Cuando tienen sexo con otras personas, los que están en las CNM son más responsables con respecto a la salud que las personas que se suponen monógamas que son infieles. Las personas en relaciones CNM tienen menos probabilidad de consumir alcohol o drogarse previamente, y es más probable que usen condones para el sexo vaginal o anal, discutir sobre historial sexual o sobre tests de ETS, cubrir o esterilizar juguetes sexuales, y, por supuesto, enterar a su pareja primaria al respecto. Más aún, cuando usan condones, las personas CNM tienen más probabilidad de usarlas correctamente, como revisar si se dañó o vaciar de aire el reservorio antes de ponerse el condón, y es menos probable que cometa errores, como ponérselo al revés y sólo invertirlo luego, o ponérselo después de que se inició la relación sexual.

8. Como resultado, las personas CNM no reportan más infecciones sexualmente transmitidas que los monógamos. Como reporté en un reciente artículo en Playboy, datos no publicados presentados por Justin Lehmiller sugieren que las personas en relacionamientos CNM reportan virtualmente la misma tasa de ETS que aquellas en relaciones monógamas - cerca del 20%.

9. Los swingers reportan vidas más exitantes y satisfactorias -sexualmente y en general- que la población general. En la población general de los EEUU, el 32% sostiene que está "muy feliz" con su vida y 46% piensa que su vida es exitante; por comparación, en una amplia muestra de más de 1.000 swingers, estos números fueron 59% y 76%, respectivamente. Más aún, 25% de las mujeres y el 9% de los hombres en la población general de los EEUU no tuvieron un solo orgasmo el año pasado. Compárese eso con otra amplia muestra de más de 1.200 swingers, donde menos del 5% de las mujeres y el 1% de los hombres reportaron nunca haber alcanzado el orgasmo durante encuentros swingers (pudiendo haber alcanzado el orgasmo mientras no estaban en dichos encuentros).

10. Las personas en relaciones CNM experimentan menos celos que aquellas en relaciones monógamas. Esto es completamente cierto en parejas homosexuales. Nuevos datos aún por publicarse del laboratorio de Terri Conley sugieren que es también cierto para parejas hétero, puntuando los poliamorosos particularmente bajo en celos. Esto no debería sorprender realmente - la gente que es capaz de considerar un arreglo no exclusivo es probablemente gente muy poco celosa de partida.

11. Finalmente las parejas CNM reportan usualmente igual (y a veces mayor) calidad de la relación que las parejas monógamas, incluyendo cuestiones como la satisfacción de la relación, intimidad, confianza, compromiso, o comunicación entre aquellas en relaciones monógamas versus CNM. Juntas en algunas de las nuevas investigaciones de Conley, parece ser que esto puede depender del tipo de CNM, con los poliamorosos mostrando mayor calidad en la relación que los monógamos, aquellos en relaciones abiertas mostrando menor calidad, y los swingers sin mostrar diferencias.

12. Tal vez, más críticamente, puede que la mentira y el ocultar cosas esté vinculada con las peores relaciones. En dos estudios de parejas homosexuales, aquellas que eran realmente monógamas y aquellas en relaciones CNM tuvieron similar calidad relacional; eran los que engañaban los que mostraban menor calidad en las relaciones que en ambos grupos que no engañaban.

Aún hay mucho más por aprender acerca de las CNM y las personas que las practican, pero la ciencia finalmente está empezando preguntarse sobre ellas.



* Al momento de publicarse este artículo en inglés: 15 de octubre del 2014.

Autora: Zhana Vrangalova, el original puede leerse aquí.


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